Luego de 92 años de vida, casi todos dedicados al “fútbol bonito” y tras conseguir cuatro títulos del mundo como jugador, entrenador y coordinador de la selección Brasil, Mario Lobo Zagallo, se fue de este mundo para convertirse en ídolo y ejemplo del balon píe universal.
Zagallo quien jugó como extremo o alero izquierdo falleció de fallas multiorgánicas y tras su exitosa carrera futbolística también sobresalió por ser un gran ser humano.
Como ningún otro jugador brasileño, Zagallo obtuvo en su extensa carrera la inigualble cifra de cuatro Copas del Mundo. Dos jugando en Suecia 1958 y Chile 1962; otra como técnico en México 1970 y la última como coordinador de la selección Brasil en en Estados Unidos 1994.
Para el recordado lateral brasileño Cafú, con la muerte de Zagallo “se ha perdido una de las más grandes estrellas para el fútbol”. “Que el señor lo reciba y el cielo esté de fiesta con su llegada”, subrayó.
Zagallo jugó en la selección Brasil, campeona del mundo en Suecia y Chile con el Rey Pelé, Edson Arantes do Nascimento, fallecido en 2022 y a quien dirigió en el mundial México 1970 que también fue para la selección brasileña.
Quienes conocieron a Mario Zagallo, sabían que era muy creyente de San Antonio y del número 13 y dicen que creía en que si se relacionaba lo anterior con los mejores jugadores del mundo como los tenía Brasil, el éxito deportivo estaba garantizado.
Jorge Mario Lobo Zagallo nació en el Estado de Alagoas en Brasil, fue un delantero sobresaliente en clubes como América, Flamengo y Botafogo
Tras su desaparición e indagar por Zagallo muchos en Brasil y en otras partes del mundo coinciden en que se ha perdido un «valiente, dedicado, apasionado y supersticioso hombre que fue ejemplo de amor, entrega y superación para el fútbol mundial y la vida en general».
