Por: Christopher McFadden
El ejército de los Estados Unidos quiere darle a su flota de naves aerostatas más ligeras que el aire una importante revisión adecuada para el siglo XXI.
Los dirigibles harán un regreso significativo para el ejército de los EE. UU. mientras buscan mejorarlos para el campo de batalla moderno. Llamados aeróstatos (derivados de las palabras «aire» y «estático» en griego antiguo) en el lenguaje militar moderno, se considera que esta venerable tecnología necesita una renovación para ampliar sus capacidades de vigilancia y comunicaciones. A medida que aumentan las tensiones entre las principales potencias mundiales como China y Rusia, el Ejército busca formas de contrarrestar amenazas más sofisticadas que las experimentadas en Medio Oriente en las últimas décadas.
El regreso del dirigible
Los aerostatos han desempeñado un papel importante en las operaciones militares a lo largo de la historia. Ganaron popularidad durante la Primera Guerra Mundial y la Segunda Guerra Mundial, donde se los conocía como «globos de bombardeo». Estos globos estaban atados y equipados con cables de acero, sirviendo como medida defensiva contra aviones enemigos que volaban a baja altura. Los aerostatos han sufrido importantes cambios desde entonces, convirtiéndose en una herramienta esencial en las actividades de vigilancia y reconocimiento militar.
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Innovación en dirigibles: aviones más ligeros que el aire
El ejército de EE. UU. utiliza sistemas de aerostato para aplicaciones militares como vigilancia, detección de amenazas y seguridad fronteriza. El «Sistema de detección de amenazas persistentes» (PTDS) y el «Sistema conjunto de sensores con red elevada de defensa contra misiles de crucero de ataque terrestre» (JLENS) son dos ejemplos clave. Pero es posible que estén a punto de someterse a otra mejora para seguir siendo relevantes en la actualidad.
“Creo que el aerostato es sinónimo de la vieja lucha, la contrainsurgencia”, explicó Lareina Adams a C4ISRNET durante una entrevista en la convención de la Asociación del Ejército de Estados Unidos en Washington a principios de este mes. «Pero lo que estamos tratando de ver es si podemos ampliar la aplicabilidad del aerostato a otras misiones que apoyarán al Ejército en 2030», añadió.
Este esfuerzo de revitalización tiene como objetivo equipar a los aerostatos con capacidades autónomas. Esto promete reducir las necesidades logísticas y de personal al tiempo que mejora la versatilidad operativa. Aunque los detalles son escasos, demostraciones recientes han demostrado que las funciones autónomas ya están en uso. Estos avances tecnológicos pueden allanar el camino para diversas posibilidades, incluida la implementación de cargas útiles contra drones, que potencialmente podrían cambiar las reglas del juego en la lucha en curso contra la proliferación de drones en la guerra moderna.
«Una de mis prioridades es ayudar a reimaginar los aerostatos», dijo Adams. “Estamos comenzando a tener conversaciones con la comunidad de requisitos dentro del Ejército para determinar cuáles son las necesidades. También estamos analizando la industria para ver qué avances han logrado», añadió.
Los aerostatos son una solución ideal para enfrentar los desafíos cambiantes del mundo actual. Su capacidad para proporcionar vigilancia y comunicación persistentes en un área específica los hace altamente eficientes. Pueden permanecer en el aire durante períodos prolongados, lo que ofrece un medio rentable para mantener la presencia aérea y mejorar el conocimiento de la situación.
Dirigibles preparados para el futuro
Además de sus capacidades de vigilancia, los aerostatos también pueden actuar como plataformas de comunicación. Con la ayuda de sistemas de comunicación avanzados, pueden funcionar como retransmisores para comunicaciones de radio, datos y vídeo, mejorando la capacidad del Ejército para mantener comunicaciones seguras y confiables a largas distancias.
Los aerostatos son extremadamente útiles en operaciones militares, especialmente cuando están equipados con sistemas de radar y sensores. Estos sistemas permiten a los aerostatos detectar y rastrear amenazas como aviones, drones, vehículos terrestres y otros activos hostiles. Esta capacidad de alerta temprana es crucial en las operaciones militares modernas donde la detección de amenazas en tiempo real es esencial.
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