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Si hubiera ese premio, Fernando Botero sería “Nobel en bellas artes”

Fernando Botero, pintor y escultor antioqueño
Fernando Botero con su obra y su virtuosidad llegó a los confines del mundo

Fernando Botero

Por Gustavo Castro Caycedo

Visión 20/20 Noticias

El título no es una exageración, así ha sido reconocido mundialmente: Si hubiera un Nobel para las artes plásticas, ya se lo habría ganado el pintor, escultor, acuarelista y maestro del fresco, Fernando Botero”, , el artista vivo más reconocido y mejor cotizado del mundo. Sin embargo, tanta gloria no ha hecho que Botero “El grande”, (nacido en 1932, en Medellín), pierda su sencillez o se olvide de su Colombia que tanto ama.

Críticos, coleccionistas, académicos, aficionados al arte y artistas, reconocen su grandeza. El “Boterismo”, género expresionista de voluminosas figuras (para quien, “el amor por su familia y el amor por Colombia”, son sentimientos muy sinceros) lo convirtieron en un colombiano tan famoso en el arte, como Gabriel García Márquez, en la literatura. Su obra trasciende lo político, pues a través del arte ha sido fiscal de quienes abusan del poder.

Resulta imposible registrar en un espacio tan limitado como este, la infinidad de grandes momentos en la vida del maestro Botero. Registramos aquí algunos de los que le han dado gloria a él y a Colombia y de los que se han ocupado los medios de comunicación más importantes de los cinco continentes, porque él y nadie más, revolucionó la cultura al llevar su arte a las principales avenidas y grandes espacios abiertos de las ciudades del mundo.

La obra de Botero, quien va a cumplir 91, lo ha inmortalizado ya. Jean Aberbach, uno de los grandes coleccionistas mundiales, expresó: “Cuando se escriba la historia del arte del siglo XX, quedará el nombre de Picasso en la primera mitad del siglo y los de Bacon y Botero en la segunda mitad”. El coleccionista Peggy Guggenheim, dijo: “Botero es el gran artista desde la segunda mitad del siglo XX”.

Fernando Botero

Logró su gran sueño: exponer en China

Este incansable artista del género original inédito e inconfundible del volumen, realizó su gran sueño planeado durante siete años: exponer en China, el país de cultura milenaria, el más poblado del mundo, hoy primer mercado mundial del arte. Y lo hizo entre el 20 de noviembre de 2015, y el 3 de enero de 2016. Fue una “megaexposición” retrospectiva de 151 piezas entre pinturas, dibujos de gran formato y esculturas, todas de su colección personal que reflejan parte de la identidad colombiana. Su obra estuvo en Beijing, en el Museo Nacional de China, donde habían exhibido obras de grandes maestros, como Rubens y Picasso, pero nunca de un artista vivo.

Del 21 de enero al 5 de abril, expuso en el China Art Museum y colocó 10 grandes esculturas y 5 medianas en una plaza de Shanghái, algo nuevo allí. Un mes antes, sus cuadros fueron exhibidos en el Nader Latin Art Museum y 15 de sus gigantescas esculturas, se tomaron las avenidas Biscayne Boulvard y Brickell Avenue de Miami.

Botero fue condecorado por el gobierno de Francia, en enero de 2002, con la “Orden de la Legión de Honor, por sus aportes a la cultura universal”, y por el gobierno de España, con la “Gran Cruz de la Orden de Isabel la Católica”.

El más inolvidable homenaje para el Maestro Fernando Botero fue realizado el 20 de julio de 2004, cuando decenas de silleteros llegados de Medellín a Pietrasanta, (Italia, donde está su casa de verano), desfilaron por sus calles con dos toneladas de flores colombianas; y hubo música y danzas. Ese evento tuvo también un significado especial para la fallecida esposa del maestro, Sophía Vari, escultora y pintora de origen griego, a quien le entregaron su pasaporte por haber obtenido ciudadanía colombiana. Fernando Botero, dijo entonces: “Este es el mejor homenaje de mi vida”.

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Sus obras exhibidas en más de 50 de los museos más famosos del mundo

El maestro Botero ha tenido exposiciones simultáneas en Nueva York, Houston, Los Ángeles, Tokio, Singapur, Johannesburgo, Roma, Frankfurt, Basilea y París. Sobre él se han escrito reportajes, crónicas, editoriales, y más de 30 libros. Y se han grabado muchos documentales, especiales de TV, y películas. Obras suyas son exhibidas hoy en más de 50 de los museos más famosos del planeta. Su original estilo, inconfundible, lo identifican hasta los niños.

Botero realizó en 1967 una exposición en la “Interamerican Society” a la cual asistió el dueño de la Galería Aberbach, quien lo descubrió como maestro. Pero Botero tuvo su gracia vital en 1970, al ingresar a la Galería Marlborough, la más grande y prestigiosa del mundo, de donde saltó a la fama.

El Maestro Botero es el pintor vivo por cuyas obras se pagan hoy los precios más altos en las casas de subastas Christie´s y Sotheby´s, de Nueva York. Sus obras son cotizadas con precios superiores al millón de dólares. En noviembre de 2011, Fernando Botero volvió a ser el centro de atención en Christie’s; allí remataron su gran escultura, “Bailarines”, en 1.72 millones de dólares. “Pareja bailando” y “Adán y Eva”, fueron adquiridos cada uno, por dos millones de dólares. Y su escultura “Mujer fumando”, por 1.6 millones.

Sus obras han sido expuestas en sitios emblemáticos como el Gran Palacio de las Bellas Artes, de París, donde expusieron sus obras grandes pintores, como Paul Gaugin, Degas y Claude Monet.

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Sus esculturas en las grandes avenidas del mundo

La toma de París desde el 19 de octubre de 1992, fue un evento sin precedentes, propiciado por Jacques Chirac, alcalde de esa ciudad, epicentro del arte mundial. 31 de sus monumentales esculturas con pesos de entre 500 y 1.000 kilos y un valor superior a 2.000 millones de pesos cada una, fueron “reinas” en París y en otras grandes urbes.

En Kioto y Tokio, sus esculturas fueron vistas por un millón de personas

En Venecia, exhibió 20 de sus monumentos en bronce, en el escenario donde brillaron los inmortales Miguel Ángel y Rafael, lo que nunca se había sido autorizado a un artista vivo. Y fue invitado a tomarse el mítico Paseo de La Castellana, de Madrid. Y la Quinta Avenida, en Nueva York; la Plaza de la Señoría de Florencia; la calle Strandvagen, de Estocolmo; el borde del Gran Canal en Venecia y las Pirámides de Egipto; y en Lisboa, Oviedo (España), entre otros.

En Kioto y Tokio, sus esculturas fueron vistas por un millón de personas. Y en los pasillos del “Palacio de la Música”, en Atenas, en mayo de 2006, fueron expuestas 21 esculturas y 142 pinturas de Botero, incluidas las de su serie de Abu Ghraib.

Fernando Botero

El maestro Botero tiene estudios en Montecarlo (en la Costa Azul)donde pinta las obras más pequeñas, en acuarela, tinta china y sanguina. En el de Nueva York, pasteles y acuarelas de gran tamaño. En la Rive Gauche (París) sus óleos más grandes. O en su casa vera¬niega de Pietrasanta, en la Toscana (Italia) muy cerca de las canteras de mármol de Carrara y en la cual funden sus esculturas de bronce.

El maestro Botero se destaca por ser generoso con Colombia y por su sensibilidad humana: callado y con discreción apoya varias obras sociales colombianas. Y es el más grande promotor y auxi¬liador del arte en el país: ha hecho gigantescos aportes a Medellín y Bogotá; más de 300 valiosas pinturas y esculturas suyas y de su colección privada, representan “un tesoro inigualable”. Él, dijo: “Esta donación es una semilla para que se eduque en el arte y para apoyar la cultura”.

El Capitan de Fernando Botero

Botero inauguró en Medellín la “Plaza Botero”, donde se ex¬hiben 23 inmensas esculturas en bronce que le donó al Museo de Antioquia. Le donó 21 obras de su colección de arte abstracto, de Julián Schnabel, Helen Frankenthaler, Frank Stella y Antoni Tapies, entre otros; 126 pinturas y dibujos de su autoría, convirtiendo a Medellín en la ciudad con más obras suyas en el mundo.

A la Casa de los Virreyes, en Bogotá (hoy Museo Botero) le donó otro incalculable tesoro, 130 pinturas, dibujos y esculturas suyas y 85 de su colección particular que coleccionó durante años; entre ellas, obras de Picasso, Toulouse-Lautrec, Renoir, Monet, Degas, Dalí, Matisse, Miró, Braque, Raymond Mason, Alexander Calder y Emilio Greco.

Fernando Botero se fue a Madrid en 1952 y estudió en la Escuela de San Fernando. En la Academia de San Marcos, en Florencia, tuvo como profesor a Bernard Berenson. Vivió en Nueva York, en Greenwich Village; allí sobrevivió vendiendo su arte por muy poco; “hacía réplicas de grandes obras, para turistas”, sin imaginar que llegaría a ser una leyenda. Leyenda que ojalá para buen de Colombia y del arte mundial, siga vivo durante muchos años más.

Tomado del libro, “Lo Mejor de Colombia,” de Gustavo Castro Caycedo.

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