En las últimas décadas, las llamadas zonas muertas de los océanos se han multiplicado. El problema, sin embargo, no es tan reciente como creían los científicos, revela una nueva investigación.
Las aguas oceánicas son el hogar de una multitud de criaturas, pero no todas las regiones del mar profundo son adecuadas para la vida. En los últimos años, crece entre los científicos la preocupación acerca de las llamadas zonas muertas, áreas de aguas hipóxicas en donde los niveles de oxígeno son tan bajos que los animales marinos no son capaces de sobrevivir en ellas.
Sin embargo, pese a que estas áreas sin vida se vuelven cada vez más comunes, un nuevo estudio ha revelado que han estado presentes en las aguas de todo el mundo desde hace más de un millón de años.
Los científicos analizaron muestras de sedimento antiguo extraído del lecho marino del mar de Bering en el norte del océano Pacífico. En el marco de su investigación, lograron identificar 27 casos separados de zonas de mínimo oxígeno (ZMO), como se llaman oficialmente las zonas muertas, en los últimos 1,2 millones de años.
El hallazgo sugiere que los episodios repetidos de hipoxia han sido una característica relativamente regular del océano Pacífico durante todo el Pleistoceno, subrayó ScienceAlert. Anteriormente, se creía que las zonas muertas habían empezado a surgir hace solamente unos 12.000 años, cuando terminó la última Edad de Hielo.
«No se necesita una gran perturbación como el derretimiento de las capas de hielo para que esto suceda. Estos eventos hipóxicos abruptos son en realidad comunes en el registro geológico y no suelen estar asociados con la desglaciación. Casi siempre ocurren durante los períodos interglaciares cálidos, como en el que estamos ahora», explica Ana Christina Ravelo, una de las autoras del estudio.
El surgimiento de las ZMO a menudo se atribuye a la proliferación de algas nocivas, las cuales se descomponen y consumen oxígeno al degradarse. No son, sin embargo, las únicas responsables del fenómeno.
La contaminación ambiental es una gran parte del problema de las zonas muertas que se observan en la actualidad, ya que ciertos desechos de las actividades humanas (en particular los fertilizantes agrícolas), al llegar a los océanos, sirven como fuente de nutrientes para esas algas marinas. Además, el agua más caliente hace que sea más probable el aparecimiento de áreas de aguas hipóxicas.
Si bien el estudio sugiere que las zonas de mínimo oxígeno no son necesariamente un fenómeno del mundo actual, los científicos ponen de relieve que no se puede negar el papel que desempeñan la contaminación, el calentamiento de las aguas y el aumento de los niveles del mar en el surgimiento de condiciones capaces de asfixiar a los animales marinos.
Sputnik