OPINIÓN
Por: Saray Robayo
El Plan Nacional de Desarrollo Presentado por el gobierno del Presidente Gustavo Petro, “Colombia potencia mundial de la vida”, tiene la oportunidad de transformar el rumbo del país y en ese sentido, muchas de sus acciones proyectadas están centradas en impulsar la competitividad, incrementar la productividad y promover la generación de empleos dignos, un reto ambicioso en un país que sigue teniendo altos índices de violencia, pobreza y desigualdad.
Hoy los territorios están exigiendo el apoyo, respaldo y presencia del gobierno nacional para que la paz total sea un hecho, pero también se necesitan más y mejores oportunidades para lograr una sociedad con desarrollo y equidad. En el caso del Caribe colombiano, un área conformada por ocho departamentos incluyendo las islas de San Andrés y Providencia, y que representan el 25 % de la población del país, tiene sus propios requerimientos, que van desde la transformación regional, el desarrollo económico, el mejoramiento de la infraestructura hasta la lucha contra el desempleo, entre otros.
Como congresistas, tenemos la obligación y responsabilidad para que este plan cuente con las bases que facilitarán a la región avanzar y que los $164 billones destinados para esta área del país, permitan ir cerrando brechas y alcanzar la movilidad social cumpliendo con la implementación de las cinco transformaciones del PND.
Uno de los grandes desafíos que hoy tenemos en la Costa Caribe sigue siendo el fortalecimiento de su infraestructura vial y la implementación de más medios de transporte que logren una mejor conectividad, al igual que la transformación que busca impulsar el ordenamiento territorial alrededor del agua, sin embargo, vemos que la información catastral existente está desactualizada y que de hecho, en la actualidad los alcaldes en diferentes municipios a nivel nacional toman decisiones con base en la misma, lo cual es un desacierto dado que no se aproxima a la realidad vigente.
Así las cosas, es urgente implementar el catastro multiproposito, para poder conocer exactamente cuáles son nuestras posibilidades y hacer las apuestas a la hora de focalizar las inversiones de estos cuatro años en los proyectos estratégicos de la región Caribe. Necesitamos generar confianza a través de políticas económicas rigurosas, seriedad en la gestión y decisión firme para eliminar las barreras existentes, para avanzar en las obras y las políticas sociales que mejoren las perspectivas de un futuro más próspero y más justo para la Costa Caribe, que además es, la puerta de Colombia al mundo.
