En medio de la más grande incertidumbre Venezuela elige un nuevo mandatario, entre el candidato-Presidente, Nicolás Maduro y el opositor Edmundo González.
En un radicalizado pulso, el sector opositor al Gobierno espera que el poder chavista de los últimos 25 años llegue a su fin y el grupo del actual Jefe de Estado lo apoya para que siga en el Poder.
De acuerdo con la organización electoral venezolana hay 21.3 millones de personas habilitadas para votar este domingo y con base en las distintas encuestas, si nada anormal ocurre, Edmundo González, (del grupo opositor al Gobierno actual) relevaría a Nicolás Maduro en la Presidencia.
Sin embargo, para Rafael Ballén, investigador colombiano de Ciencias Sociales, como la mayoría de los analistas del mundo, las elecciones este domingo en Venezuela son impredecibles.
“Por un lado, todas las encuestas dicen que va a ganar Edmundo González, candidato de los grupos de oposición, pero otro lado, quienes están en el poder tienen mecanismos de influencia sobre el pueblo y entonces no todo será como dicen los medios de comunicación”, explicó Ballén.
Adicionalmente, alertó que «lo mejor para cualquier pueblo del mundo es que los problemas los resuelvan de una manera civilizada y es dialogando y poniéndose de acuerdo en las diferencias”. También dijo que lo que menos le conviene al pueblo de Venezuela y al latinoamericano, especialmente a los vecinos como Colombia, es que haya una salida radical. Ballén recordó a propósito de las elecciones en Venezuela y de la realidad política del mundo que “todos los Estados no están preparados para gobernar sino para satisfacer intereses”.
Más opiniones
Sin embargo, internacionalistas coinciden que tras un cuarto de siglo en el poder los chavistas a pesar del gran desgaste de sus líderes y estrategias, tienen un sólido sistema del que gran parte de la población depende con innumerables subsidios y se anticipa que no los perderían por votarle a una nueva administración que no tendría como prioridad gobernar con el sostenimiento de ese tipo de beneficios.
También se menciona que en las elecciones presidenciales está mucho en juego como los privilegios de quienes hacen parte del Gobierno y seguramente no están dispuestos a perder sus cargos y en muchos casos, a exponerse a procesos judiciales por actuaciones equivocadas y conocidas.
Los expertos igual advierten que aun perdiendo Nicolás Maduro las elecciones de este domingo podría influir negativamente en la transición política que busca Venezuela, toda vez que la posesión de un nuevo Presidente será hasta enero de 2025, así que su administración tiene meses suficientes para condicionar su salida con una eventual inmunidad que lo beneficie y se extienda a todos sus cercanos.
Optimismo opositor
El candidato rival del Gobierno venezolano, Edmundo González, está seguro de su triunfo en el proceso electoral de este domingo y ha reiterado que “nuestra victoria obligará al Gobierno a negociar”.
“Las circunstancias me han puesto aquí y yo creo en esas cosas del destino. Asumo mi responsabilidad con el mayor compromiso”, subrayó.
Por su parte el dirigente también opositor del Gobierno de Nicolás Maduro, Antonio Ledezma, hizo una solicitud al Ministro de Defensa para este proceso electoral:: “Vladimir Padrino López sobre sus hombros descansa una gran responsabilidad . Tiene la encomienda de la consecución nacional de ponerse al servicio del resguardo de la soberanía y de la paz de los venezolanos”
“No permita que ni usted ni los integrantes del alto mando militar, los obliguen a agredir y a masacrar al pueblo de Venezuela. Los venezolanos vamos a votar de una manera pacifista, los venezolanos queremos pasar la página de esa historia de sufrimiento de amargura, de tortura, de cárceles y de asesinatos”, agregó.
Hay que recordar que el Gobierno de Nicolás Maduro volvió a ser protagonista internacional con la orden de no dejar entrar a Venezuela ex presidentes, congresistas y líderes políticos afectos a la oposición que habían sido invitados a las elecciones de este domingo por sus opositores y a quienes calificó de facistas e indeseables.
En ese grupo de personajes que tuvieron que devolverse a sus países se encontraba el mexicano Vicente Fox, el boliviano Jorge Quiroga, la ex alcaldesa de Bogotá, Claudia López, la senadora colombiana Angélica Lozano, un grupo del Partido Popular español y varios diputados chilenos.
