Por: Alberto Santander B
Uno de los problemas inmediatos que han surgido con la pandemia del coronavirus y se han convertido en tema de discusión tanto en Colombia como en otros países, es el uso de los artículos de protección y prevención utilizados en protocolos de bioseguridad, la industria farmacéutica, muchos de ellos manufacturados a base de plásticos y qué hacer con su disposición final luego de su utilización.
Una verdadera papa caliente, a la cual los gobiernos no le han puesto la debida atención, al punto que ya se ha vuelto parte del paisaje encontrarse tirados en las calles, aceras, lechos de quebradas, ríos y océanos tapabocas, mascarillas, jeringas y diferentes artefactos usados para prevenir y contrarrestar el contagio del Covid-19.
Por eso hoy desde está columna quiero llamar la atención de los Gobiernos nacional y locales para que inicien campañas que permitan buscarle una solución a la disposición final de los millones de toneladas de residuos peligrosos derivados de la pandemia que podrían terminar causando otra catástrofe de salubridad incluso peor que la que hoy vive el planeta.
La importancia de tomar decisiones es ahora y no podemos aplazar políticas sobre está realidad. La gestión de disposición de estos residuos plásticos y materiales de otra índole utilizados como medio de prevención debe ser inmediata y es a las autoridades sanitarias las que les toca asumir su responsabilidad y asignar desde ya las tareas, de lo qué está pasando con todo ese material de desecho que se viene utilizando en hospitales, clínicas, centros médicos y por los ciudadanos.
Si bien el Gobierno, los medios de comunicación y las redes sociales han permitido el desarrollo de intensas campañas frente a los protocolos de bioseguridad y el autocuidado para prevenir los contagios, es muy poco o casi nada lo que se ha hecho frente a la disposición del material utilizado. Es el momento de actuar y comenzar una intensa campaña para concientizar sobre la disposición del material de desecho utilizado, para que nuestros ríos, quebradas, mares y océanos, no terminen siendo el basurero de está pandemia que arrodillo el planeta.
En ese sentido, tanto el Gobierno Nacional como los regionales deben orientar sus esfuerzos e incluir en sus presupuestos partidas para inversión en la gestión de los residuos derivados de está crisis de salud, ponerse una meta en su gestión y adoptar las políticas para clasificar correctamente este tipo de desechos, para que todos los colombianos podamos conocer que manejo darles y cuál debe ser su destino final.
Debemos actuar ya. La gestión de residuos sólidos y plásticos no da espera, prevenir la contaminación es un compromiso gobierno, industria, sector privado y todos los colombianos.