El edificio Empire State Building un icono de la cultura pop

Toma aerea del Empire State Building _Imagen Angelo Rizzuto

Gracias a sus muchas representaciones en las películas  hoy es visto como parte de la cultura pop, un símbolo de New York, inspirando a grandes y mundanos por igual.

A medida que la población crecía y el espacio para construir nuevos edificios se hacía más escaso, solo había una manera de ascender. El auge económico de la década de 1920 fomentó una feroz competencia entre corporaciones con sede en Nueva York por los derechos de fanfarronear sobre el edificio más alto, no solo en la ciudad sino también en el mundo. Shreve, Lamb & Harmon, un estudio de arquitectura con sede en Nueva York, decidió poner a prueba los límites de la arquitectura moderna y destronar al edificio más alto de entonces, el edificio Chrysler, con una altura de 1005 pies.

El proyecto de la calle 34 de Manhattan comenzó en tiempos convulsos. A pesar de que el mundo experimentó posiblemente las peores crisis financieras de la historia, Empire State Inc. siguió adelante con la construcción, temiendo pérdidas devastadoras si detenían el desarrollo. 41 millones de dólares de su dinero, que equivalen a 595 millones de dólares hoy ajustados por inflación, dieron como resultado el rascacielos de 1250 pies y 102 pisos. Un entorno de trabajo caótico y bastante inseguro acogió a 3500 trabajadores que construyeron el coloso en solo 410 días, vislumbres de los cuales se encuentran en los marcos icónicos de Lewis Hine.

El edificio de este tamaño vino con su propio conjunto de problemas. El desafío de proporcionar agua, energía y ventilación a todos los pisos hizo que los arquitectos dedicaran el centro de los edificios solo a los servicios públicos. Este espacio alberga 73 ascensores, lo que permite la navegación a todos los rincones del edificio.

Aunque la construcción terminó en 1931, Empire State Inc. no obtuvo ganancias hasta la década de 1950, cuando la Gran Depresión y sus efectos nocivos dejaron vacíos tres cuartos de los espacios de oficinas en el edificio mucho después de su inauguración. No obstante, el grupo seguiría invirtiendo en la mejora del edificio, práctica que sigue hasta la fecha, con adaptaciones del edificio a los nuevos tiempos.

Se agregó una antena en los años 50, rematando el edificio a una asombrosa altura de 1454 pies. El edificio ahora tiene dos plataformas de observación de última generación, en los pisos 86 y 102. Un sistema de aire acondicionado mejorado, «súper ventanas» para minimizar el intercambio de calor, accesorios de baño de bajo flujo y suministros de limpieza ecológicos llevarían al edificio al siglo XXI.

El rascacielos, originalmente pensado como un edificio de oficinas, ahora atrae a 4 millones de visitantes al año, generando 43 millones de dólares cada año. Sin embargo, su importancia sigue siendo invaluable, al igual que su diseño icónico y su relevancia cultural.

Enteresting Ingineering

 

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