La Cancillería china convocó a representantes diplomáticos de países europeos y de la Unión Europea (UE) en protesta por las declaraciones realizadas por los ministros de Asuntos Exteriores del G7 y el alto representante de la UE para Asuntos Exteriores en relación con Taiwán, recogen hoy medios chinos.
Los ministros de Exteriores del G7 pidieron este jueves a Pekín que se abstenga de usar la reciente visita a Taiwán de la presidenta de la Cámara de Representantes de Estados Unidos, Nancy Pelosi, como «un pretexto para llevar a cabo acciones militares agresivas en el Estrecho de Taiwán».
Por su parte, el alto representante de la UE, Josep Borrell, reiteró en las últimas horas lo dicho por los ministros del G7 y pidió «a todas las partes que mantengan la calma y actúen con transparencia».
La cartera de Exteriores china llamó a consultas al embajador japonés en China, Hideo Tarumi, por el mismo motivo.
Las declaraciones de los representantes de Exteriores «distorsionaron los hechos» y suponen una «injerencia flagrante en los asuntos internos de China», según el vicecanciller chino, Deng Li.
China declaró su «firme oposición» ante lo que considera un movimiento que «envía señales gravemente equivocadas».
En el caso de su vecino nipón, el vicecanciller explicó que la cuestión de Taiwán está relacionada «con los cimientos políticos de las relaciones entre China y Japón» y la «confianza básica entre ambas naciones».
Deng recordó que «Japón colonizó Taiwán durante un largo tiempo», lo que le hace tener «responsabilidades históricas criminales», y recomendó al país nipón que «sea más cauto en sus palabras y acciones».
Este martes, el día en que Pelosi arribó en Taiwán, el Ministerio chino de Exteriores ya convocó al embajador de EE.UU. en el país asiático, Nicholas Burns, a quien trasladó el malestar de Pekín por esa presencia en la isla, que recibió «una condena unánime por una provocación deliberada y por jugar con fuego», según un comunicado.
El alto funcionario insistió en que EE.UU. pagará por sus errores y urgió al país a rectificar y tomar medidas prácticas para revertir «los efectos adversos» provocados por la visita de Pelosi antes de que la situación en el Estrecho y las relaciones bilaterales sean «irreparables».
China comenzó este jueves unas maniobras militares con fuego real en el Estrecho de Taiwán que se prolongarán hasta el domingo y que en la jornada de ayer incluyeron lanzamientos de misiles de largo alcance.
Se trata de la primera vez que se registran lanzamientos de este tipo en las inmediaciones de Taiwán desde la tercera crisis del Estrecho entre 1995 y 1997.
Los ejercicios suponen el cierre del espacio aéreo y marítimo de seis zonas alrededor de la isla, algo que Taipéi define como «un bloqueo».
China, que calificó la visita de Pelosi como «farsa» y «traición deplorable», reclama la soberanía de la isla y considera a Taiwán una provincia rebelde desde que los nacionalistas del Kuomintang se replegaron allí en 1949, tras perder la guerra civil contra los comunistas.
EFE