El bochornoso espectáculo de la semana en Colombia, corrió por cuenta de la oposición que no contentos con la renuncia de la Ministra de las Tic, Karen Abudinen, se ensañaron en un linchamiento político que termino en una votación que no logró alcanzar el quórum reglamentario.
Si bien la salida del cargo de la exministra Abudinen, le asestó
un duro golpe político al Presidente Iván Duque, en uno de sus pilares de gobierno, la lucha anticorrupción, tampoco deja de ser cierto que el juicio político, pese a la gravedad de los hechos, se convirtió en una especie de tarima para algunos opositores que vieron el momento para ambientar sus campañas de cara a las elecciones de congreso en el 2022.
Lo que comenzó como un debate por la presunta perdida de $70.000 millones en la firma de un contrato como pago de anticipo a la Unión Temporal Centros Poblados para llevar conectividad a las zonas rurales del país y que con los días la carga mediática de los medios y las redes sociales lograron impulsar ante la opinión pública, finalmente terminó con una desteñida votación de 56 votos por el Sí a la moción y 30 por el No, que no alcanzaron el quórum, que buscaban los citantes para cobrar la cabeza de la exministra.
Al final de todo este show, aunque la oposición se anotó un triunfo al presionar la salida de la funcionaria, no lograron el objetivo anhelado de dejar ver débil al gobierno al no haber podido mantener los votos para sostenerla en el cargo, como algunos de los opositores venían sosteniéndolo ante los medios aupados por el partido liberal, que a última hora quizo valorizar su posición señalando que votarían en bancada la moción a la hasta en ese entonces Ministra de las Tic, Karen Abudinen.
Así termino una semana donde el Congreso, más entusiasmado por una moción de censura, especialmente la Cámara de Representantes, prácticamente dejaron de lado varios proyectos que avanzan en tercer debate y otros que necesitan ser debatidos, enfrascados en darle un golpe al Gobierno Duque que en los próximos días u horas posesionará un nuevo ministro de las tecnologías, que deberá encargarse de recuperar la plata del contrato de Centros Poblados y la imagen de ese ministerio.
