La iniciativa archivada en la Comisión Cuarta de Senado, apuntaba a recaudar $16 billones con una cascada de impuestos que finalmente iban a terminar afectando los bolsillos de la mayoría de colombianos.
Cabe destacar que los congresistas cercanos al Ejecutivo repitieron hasta el cansancio, como siempre, que los nuevos tributos solo cobijarían a las personas de mayores ingresos, sin embargo, el frustrado proyecto incluía ajustes a la gasolina y ACPM y al impuesto de renta.
También se proyectaban aumentos del IVA para licores y cigarrillos, deducciones existentes para algunos sectores, tributos para sectores de baja tributación y creación e bonos eneréticos, entre otros temas.
Sin embargo, el archivo de la nueva Tributaria del Gobierno no libra al país de nuevos e inmediatos impuestos, pues según los propios funcionarios del Ejecutivo, especialmente los del Ministerio de Hacienda, han afirmado que muchas de las propeustas de recaudo que incluía la Reforma negada en el Congreso, serán revividas vía decreto o por una emergencia económica presentada por el Gobierno como plan B para fortalecer los decaídos ingresos nacionales.







