
Luego del fuerte oleaje provocado en Japón por el terremoto registrado en la zona costera de Kamchatka, Rusia de 8.7 grados y que se extendió por 7 interminables minutos, provocaron la súbita aparición de ballenas en las costas de ese país.
En Colombia, los efectos del fenómeno natural que golpeó gran parte del Pacífico, desencadenó que la Unidad Nacional de Riesgo de Desastres, emitiera una alerta de tsunami, específicamente para las zonas costeras de los departamentos de Chocó y Nariño y una advertencia para Cauca y Valle del Cauca.
En gran parte de la costa pacífica del mundo las comunidades y autoridades están en alerta por la posibilidad de una onda de tsunami en San Cristóbal y Galápagos en Ecuador y se ha ordenado paralizar toda actividad marítima y alejarse de las playas, puertos, muelles y marinas.
De acuerdo con las autoridades marítimas, los ciudadanos de todas las costas pacíficas en donde puede registrarse un efecto del oleaje mayor, debe entender que ese fenómeno no solo impacta los territorios con agua a gran altura, sino que en la medida que avanza, su núcleo se va llenando de desperdicios, objetos y toda clase de escombros que pueden resultar peligrosos para la integridad física de cualquier persona.